LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Noviembre 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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notables, como el servicio secreto de la policía de Alemania del Este, El comité para la seguridad del Estado de la unión soviética y las Fuerzas especiales rusas. Ellos por lo general estaban encubiertos y podían estar en cualquier lugar. Sin embargo, Keith, no les llamaría la atención. Hablaba alemán y se vestía con ropa civil confeccionada localmente, la gente que pasaba a su lado, asumía que había nacido allí. La verdad era que era un ciudadano norteamericano—una boina verde, que había sido entrenado para realizar operaciones clandestinas, en las líneas enemigas. Por más de 40 años durante la Guerra Fría, los boinas verdes había realizado algunas de las operaciones más delicadas en el país, estaban al borde de la Tercera Guerra Mundial. Kurber, se había graduado en West Point, estaba viviendo su sueño. Cuando era un niño, sus padres le habían colgado un mapa del mundo, en el muro que estaba al lado de su cama. Mirando el mapa, había desarrollado dos sueños. Quería una carrera en las f uerzas militares y algún día viviría en un estado que estaba muy muy lejos—Alaska. Ahora trabajando de encubierto en una de las ciudades más peligrosas del mundo, un pensamiento recurrente trataba de distraerlo. Dios tenía otro plan para su vida. Él lo había llamado a predicar el evangelio. Cimiento de fe "Su asignación en Berlín fue su segunda tarea en Alemania" recuerda Keith. "Desde febrero de 1984 hasta diciembre de 1986, había sido asignado a la ciudad de Bad Tölz. Nola, mi esposa, estaba allí conmigo y por la gracia de Dios terminamos asistiendo a un grupo de pentecostales en la capilla a la que asistíamos. A través de ellos fuimos llenos del Espíritu Santo. Ellos también nos mostraron libros y casetes de Kenneth Hagin y Kenneth Copeland. "En esa época no había internet y s ol a m e nt e t e n í a m o s u n c a n a l d e t e l e v i s i ó n , q u e n o s o t r o s n o a c o s t u m b r á b a m o s a v e r . N o s p a s á ba mo s l a v id a or a ndo en e l espíritu y aprendiendo a vivir por fe. Escuchábamos los casetes de fe del hermano Copeland, una y otra vez. En 1986, cuando me pidieron que compartiera en la capilla, predique su sermón; "Siguiendo la fe de Abrahán" "uno de mis libros favoritos del hermano Copeland es "Seis pasos para la excelencia en el ministerio". Hoy en día todavía no tengo en mi escritorio. E s c uc h á ba mo s l a en s eñ a n z a de l hermano Hagin acerca de "Que hacer cuando la fe parece débil y la victoria perdida" La mayoría de las personas piensa que la idea de vivir por fe parece extraña. Pero para nosotros, esta era la fibra de nuestra vida desde el segundo año de nuestro matrimonio. Nosotros no teníamos idea cuanto necesitaríamos ese cimiento en los años venideros" En 1988, Keith y su equipo de Fuerzas Especiales volaron a Okinawa, Japón, donde planearon una misión. En abril, se tirarían en parachute sobre la tierra salvaje de Alaska donde serían entrenados en el desierto durante 10 días como ejercicio. Recostado contra un árbol, Keith escucho la voz del Señor. Te llamo a pastorear una iglesia en Fairbanks, Alaska. Keith jamás había soñado con nada más que una carrera militar, pero en una barrida de gracia divina, Dios sembró en su corazón el deseo de ser pastor. La caída del muro Unos p ocos me s e s de spué s , en enero de 1989, fue enviado a Berlín, una ciudad desgarrada por diferentes facetas del temor. Dos años antes, el 12 de enero de 1987, El presidente Ronald Reagan había hablado en la Puerta de Brandemburgo en Alemania del Este. Dijo: "Secretario General Gorbachev" ¡venga a esta puerta! ¡Mr. Goba rchev abra esta puer ta! ¡M r. Gobarchev tumbe este muro!" Esas palabras valientes conmocionaron al mundo, pero resulto que Dios estaba detrás de ella. En junio 1989, él dio su palabra acerca del asunto y Kenneth Copeland profetizo: Hay muros políticos y cercas políticas que se desboronaran ante los ojos de los hombres. Poderosas, poderosas ataduras de movimientos políticos y fortalezas políticas en distintos sistemas políticos en todo el mundo repentinamente cambiarán de manos, se derrumbarán y caerán. Y los hombres dirán: "Nunca pensé que esto sucedería…" El Muro de Berlín caerá. Es una señal… En ese momento, tal cosa parecía imposible. Aun así, solamente unos meses después, Keith Kurber noto un aire fresco de cambio parecía derretir la guerra fría. Por varias semanas, alemanes del este habían escapado a través del borde Checoslovaquia, y nadie había tratado de detenerlos. El 9 de noviembre de 1989, el partido comunista del Este de Berlín anuncio que, a partir de la media noche, los ciudadanos del Este de Berlín eran libres de cruzar el borde. Esa tarde los Berlineses se reunieron a ambos lados del muro gritando: "¡Tor auf! ¡Tor auf!" "¡Abran la puerta! ¡abran la puerta!" A la media noche cuando la puerta fue abierta, miles de personas atravesaron el borde. Muchos se reunieron con miembros de su familia que no habían visto desde 1961. Ese f in de semana más de 2 millones de personas de Berlín del Este llenaron los puntos de control. Sin embargo, para aquellos que habían estado atrapados al otro lado del muro, los puntos de control no fueron suficientes. Usando martillos, picas y excavadoras, tumbaron el muro monstruoso. Por primera vez desde 1945, Berlín se reunió. "Nosotros vivíamos en la base y Nola acababa de dar a luz nuestro cuarto hijo 10 días antes de que esto sucediera". Keith recuerda. "Yo estaba de guardia cuando un oficial grito: ¡Chicos, vengan acá!" Autos corrían desde el este de Berlín a través del punto de control Charlie. Este fue un evento histórico, le envié un pedacito del muro a Kenneth y Gloria". Un salto de fe En 1991, Keith dejó las Fuerzas A rmadas, pero permaneció activo en la s reser v a s. S e mudó con su familia a Tulsa, Oklahoma, asistió y más adelante se graduó del Centro de Entrenamiento Bíblico RHEMA. En 1993, se mudaron a Rairbanks donde sirvieron en la Iglesia Puerta de Esperanza (Door of Hope Church) por 11 años. Nola fue pastora de niños durante seis años. Keith sirvió como pastor laico y más adelante se convirtió en el pastor asociado. "Durante esos años, permanecía mucho tiempo lejos de mi familia", r e c u e r d a K e i t h . " E n t r e l o s entrenamientos de las reser vas, mi trabajo como policía en el aeropuerto Fairbanks parecía como que siempre estábamos diciendo adiós—lo cual a veces era más duro que la guerra" "En el 2002, mientras nuestros hijos mayores de los cuatro empezaban Rhema, fui enviado al cuerno de África a un lugar llamado Djibouti. En ese momento era un coronel y un Oficial superior de las fuerzas especiales en el área. 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