LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Noviembre 2016

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

Issue link: http://read.uberflip.com/i/754707

Contents of this Issue

Navigation

Page 20 of 23

contigo las 24 horas del día, los siete días de la semana. Él está listo y esperando para comunicarse contigo en cualquier momento del día, o de la noche, y tiene cosas que quiere mostrarte. Cosas por las que te has estado desgastando, pensando y tratando de entender o resolver. Cosas que te permitirán vivir como el vencedor que Dios te ha creado para que seas. Como orar la oración perfecta "Pero Gloria, a lg unas veces me siento tan cargado por las situaciones que enfrento, que no sé cómo orar al respecto. Algunas veces quiero tener comunión con Dios; sin embargo, no sé qué decir". Entonces aprovecha la habilidad que Dios te dio cuando te llenó con Su Espíritu Santo para orar en otras lenguas. ¡Esa habilidad es una bendición tremenda! Como Romanos 8:26-27 dice, cuando oramos en lenguas: «el Espírit u nos ay uda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios». La palabra debilidad en este capítulo, se refiere a las incapacidades de nuestra carne. Habla del hecho de que a pesar que como creyentes somos espiritualmente i l im itados, todav ía v iv imos en u n cuerpo natural, el cual tiene muchas limitaciones. Una de esas limitaciones es que no siempre sabemos la voluntad de Dios en cada situación, no más de la que Su Palabra escrita nos dice—la cual, por supuesto, es de vital importancia. Sin embargo, el Espíritu Santo ¡lo sabe todo! Él no solamente entiende lo que necesitamos. Él conoce nuestro corazón y el corazón de Dios. Si le damos lugar y oramos en otras lenguas, Él se mantendrá a nuestro lado, en contra de las debilidades de nuestra carne y nos ayudará con las circunstancias que estemos enfrentando. Él orará a través de nosotros la voluntad perfecta de Dios y nos pondrá en ese lugar en el que, como Romanos 8:28 lo dice: «Estamos seguros y sabemos [que siendo Dios colaborador en la tarea] todas las cosas obran y son [a la medida para el plan] buenas para aquellos LV V C : 2 1 en tanta oscuridad, que nadie atrevió a moverse durante tres días. Él es el Dios que secó el mar rojo para que los hijos de Israel ni siquiera se embarraran los pies mientras lo atravesaban y después, ahogó al ejercito de Faraón, que venía persiguiéndolos. ¡Éste mismo Dios todo poderoso y maravilloso te ha hecho un templo rodante! Y todos los días te dice: "Acércate, relaciónate conmigo, pasa tiempo en oración, háblame y recibe de Mi parte para que pueda ayudarte. Quiero fortalecerte y darte sabiduría divina acerca del problema que estás enfrentando. Quiero aplicar mi poder sobrenatural para que desaparezca y ya no sea parte de tu vida". ¡A eso llamo yo estar equipado para ser más que vencedor! Todo lo que necesitas hacer es pasar tiempo con Dios, todos los días, obedecerlo y tu victoria estará garantizada. "Pero, ahora estoy muy ocupado", podrías decir. "No veo cómo puedo agregar en mi horario tiempo para pasar con Dios. Mis días están totalmente cargados". Es posible que así sea. Pero déjame preguntarte lo siguiente: ¿Si Jesús viniera físicamente a tu casa y te ofreciera hablar contigo, crees que encontrarías tiempo para hablar con Él? ¡Seguro que sí! Si te levantaras una mañana y lo encontra ras sentado en la mesa de t u coc i na , no pa sa r ía s cor r iendo, ignorándolo. Tampoco te despedirías de Él a la carrera, mientras caminas hacia la puerta, diciendo: "Jesús, me gustaría poder quedarme contigo un rato, pero tengo que irme a la oficina. Hablaremos más tarde". Si llegaras del trabajo esta misma noche y descubrieras que Jesús te está esperando, no importaría lo que tengas que hacer; no lo ignorarías. No le dirías: "Señor, aprecio que vinieras a visitarme, pero he tenido un día muy difícil; estoy demasiado cansado para hablar contigo esta noche. Me recostaré en el sofá un rato a mirar TV". ¡No! Si Jesús estuviera sentando físicamente en tu sala, si literalmente lo pudieras ver con tus ojos, ¿sabes lo que harías? Caerías de rodillas frente a Él. Te olvidarías del trabajo, la televisión, el día y sus complicaciones, y lo alabarías. Disfrutarías de un rato refrescante en Su presencia y pondrías atención a lo que quisiera decirte. Esa es la oportunidad que tienes como creyente. A pesar de que Jesús no está todos los días visiblemente sentado en la mesa de tu cocina, el Espíritu Santo está

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Edición Noviembre 2016