LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Febrero 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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parte de esos ministros. Es posible que debas abrirte el paso entre una multitud de reportes negativos de parte de los doctores, o abrirte el paso entre los años que fuiste enseñado que la sanidad no es la voluntad de Dios para ti. Si no has vivido para Dios como deberías, es posible que tengas que abrirte el paso a través de los sentimientos de indignidad y condenación. Pero, puedes hacerlo. ¡Si solamente crees, puedes atravesar esos obstáculos y recibir de Jesús cualquier y cada cosa que necesites! "Bueno", podrías decir, "a mí me gustaría que Jesús fuera el que me impusiera las manos. Él podría sanarme aun así yo no creyera". No… de hecho, Él no podría. Lo puedes estudiar al leer lo que sucedió con la gente de Su ciudad, en Nazaret. Él no pudo demostrarles el poder de Dios. Cuando les dijo que estaba Ungido se ofendieron ("¿Quién se cree que es?", se decían entre ellos. "Conocemos a toda su familia. ¡Él no es especial!") y se rehusaron a respetarlo y a recibir de Su parte. Ya que ellos no lo recibieron, no pudieron recibir el poder del Padre que estaba en Él y sobre Él. «Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro» (Marcos 6:5). Sucedió antes… Puede suceder ahora Vemos el mismo principio operando en el ministerio de los discípu los. Cuando ellos fueron a una ciudad a predicar en el Nombre de Jesús, si los recibían con respeto, podían sanar al enfermo. De lo contrario, tenían que irse y ministrar en otro lugar. Como Jesús les dijo cuándo los envió: «El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió» (Mateo 10:40). Nada de esto cambió después de que Jesús completó Su ministerio terrenal y ascendió al cielo. El principio sigue siendo el mismo: de acuerdo al libro de los Hechos, cuando los apóstoles y los discípulos de la iglesia primitiva ministraban en el Nombre de Jesús, la gente que los recibía, los respetaba y respetaba el Nombre de Jesús, podía conectarse con la Unción de Dios como si Jesús estuviera allí. Aquellos que no lo hacían, no podían. Por esta razón el ministerio de Pedro era tan poderoso. La gente lo consideraba como un representante del Señor y le respondían de la misma manera que le hubieran respondido a Jesús. «Y en sus camas y lechos sacaban a los enfermos a la calle, para que al pasar Pedro por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. Aun de las ciudades vecinas venían muchos a Jerusalén, y traían a sus enfermos y a los atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados» (Hechos 5:15-16). Es posible que te preguntes: ¿Podría suceder lo mismo hoy en día? ¡Ciertamente sí! ¡Y sucede! El Señor me habló al corazón al respecto hace varios años. Él me dijo cuándo empecé a aprender acerca de la sanidad que si en la iglesia de hoy en día empezáramos a recibir los ministros de Jesús de la misma manera en la que recibiríamos a Jesús, eso liberaría Su poder en medio de nosotros en un nivel completamente nuevo. Entraríamos a unos de los movimientos de sanidad más grandes que alguna vez hayamos visto. Au n así ese g ra n mover de la sanidad ya ha comenzado; hagamos entonces lo que sea necesario para que continúe avanzando. Olvidemos las tradiciones religiosas acerca de no darle honra a ningún hombre. Y antes de ir a cualquier reunión de sanidad en cualquier lugar o momento, aprendamos a orar: Padre Celestial, quiero que sepas que recibo y respeto a los hombres y mujeres de Dios que me has enviado. Creo que Tu poder reposa en ellos y sobre ellos y que Tú obrarás a través de ellos. Cuando me impongan las manos en el Nombre Jesús, espero recibir de la mima manera que si Él estuviera imponiéndome las manos. Eso es lo que Jesús dijo que sucedería, y como la mujer con el flujo de sangre—que sanó—lo creo, lo digo, y actúo conforme a esa verdad. Cuando el ministro de Dios me toque, ¡SERÉ SANO(A)! MOMENTO HISTÓRICO 1986 IGLESIA INTERNACIONAL EAGLE MOUNTAIN CONTINÚA LEYENDO ESTE ARTÍCULO EN LÍNEA: es.kcm.org/extras El primer edificio en finalizarse y ocuparse en la of icina principal de Fort Worth de los Ministerios Kenneth Copeland fue la capilla—el lugar de reunión para la Iglesia Eagle Mountain. Cuando los empleados se mudaron a "la montaña" en noviembre de 1986, la iglesia llevaba reuniendo a un grupo de personas para los servicios de adoración por varios meses. En 1993, cuando el Señor llamó a George y Terri Copeland Pearsons a pastorear la cong regación loca l, la iglesia se había convertido en la Iglesia Internacional Eagle Mountain (EMIC, por sus siglas en inglés). Bajo el liderazgo de los Pastores George y Terri, EMIC rápidamente creció a tal punto que fue necesario un nuevo edificio. E l 18 de mayo de 19 9 7, du r a nte e l ser vicio inaugural de la construcción del nuevo edif icio, el Pastor George le dijo a su congregación y a los invitados: Lo que presencian con este edif icio es tan solo el desbordamiento de lo que está sucediendo en nuest ro i nter ior. L o que sucede en el interior es mucho más importante de lo que se proyecta al exterior. En su interior le están creyendo a Dios por un edificio… esa es su aspiración. Este edif icio es un punto de contacto para cualquier cosa que le estén creyendo a Dios para su vida. Y alcanzarán a ver su culminación...

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