LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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esta acción es RESISTIR. «Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes» (Santiago 4:7). Nuestra protección también depende de nuestras decisiones. Los creyentes deben decidir no pensar o actuar como locos, mezclados con el mundo. No puedes decir: "Yo no sabía lo que la Palabra decía al respecto, así que no soy responsable". Eso no es cierto. Eres responsable de descubrir lo que la Biblia dice acerca de ti, tu futuro y lo que debes hacer. Depende de cada uno de nosotros pasar tiempo en la Palabra todos los días. Si piensas que estás muy ocupado, entonces probablemente lo estás. Considera mirar menos televisión. Levántate más temprano o acuéstate más tarde. Haz lo que sea necesario para mantener tu fe bien fortalecida. Estas son épocas peligrosas. Sin embargo, no lo son para ti ni para mí si vivimos cada día con la Palabra de Dios, y escogemos habitar en ese lugar. Únete a Dios Hay algo más que debes saber: no puedes creerle a Dios por protección y después ignorar lo que Él te dice acerca de otras cosas en tu vida. Si no le obedeces, no habitas en Él. Cuando habitas, te mantienes en la Palabra de Dios, te mantienes obedeciendo, y mantienes tus palabras en línea con las palabras de Dios. Obedecer es habitar—morar bajo la sombra del Dios todo poderoso. Eso es lo que te mantiene seguro. Así es como podrás escuchar al Señor en una situación peligrosa. Si estás acostumbrado a escucharlo y a obedecerlo, podrás escuchar claramente Su dirección. Pero si no tienes la costumbre de escuchar, probablemente no lo escucharás, y aun si lo haces—probablemente no harás lo que te diga. La verdad es que, si no escuchas a Dios en las cosas pequeñas, tampoco lo escucharás en las grandes. Así que escucha y corrige lo necesario con rapidez. Si tienes una sensación molesta, un sentimiento de incomodidad en tu espíritu avisándote que algo no está bien, síguelo. Escuchar a Dios y seguirlo es parte de tu protección. Escuchar a Dios en la Palabra escrita y obedecerla es una parte importantísima de la protección. La Palabra siempre nos corregirá. No conoz co a nad ie ta n per fecto que no sea corregido cuando invierte tiempo en la Palabra. Entonces, cuando leemos la Palabra, debemos hacer la decisión de obedecer lo que leemos. Por ejemplo: Cuando leemos 1 Corintios 13 y recordamos que debemos caminar en amor, ¡debemos hacer el esfuerzo de hacerlo! Cultivar un estilo de vida que escucha y obedece a Dios es una parte muy importante de nuestra protección. Dios siempre está tratando de hacer que la gente se acerque a ese lugar de protección. En la Biblia leemos desde siempre Su intención de bendecir y proteger a Su pueblo. Él instruyó a los hijos de Israel a vivir de tal manera, para que pudiera hacerlo. Sin embargo, frecuentemente, ellos escogieron ir en la dirección opuesta. Escuchamos Su corazón en escrituras como Mateo 23:37 ( N T V ): «¡Oh Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste». E s e e s D ios d ic iendo: " Q uer ía hacerte bien y protegerte, sin embargo, no me dejaste". Vemos el resultado de su desobediencia en el versículo 38: «Y ahora, mira, tu casa está abandonada y desolada» (NTV). En Deuteronomio 28, Dios explicó con claridad lo que trae la bendición. Él también fue explícito acerca de lo que le sucede a aquellos que no hacen lo que Él dice. La Biblia nos comparte lo que sucedió cuando los hijos de Israel no cumplieron Su Pa labra. Cuando no lo sig u ieron, se sa l ieron de Su protección—de debajo de Sus alas—y se expusieron a la maldición. En nuestros días sucede lo mismo: los desobedientes y los ignorantes no están bajo la protección de Dios. Sin embargo, cuando te unes a Dios—cuando habitas en Él—estás en el lugar más seguro de la Tierra. Métete en l a s c o s a s de D io s y permanece a llí. No dejes que nada, n i n g u n a s i t u a c i ó n , n i n i n g u n a c ond ic ión te s a q ue d e e s e lu g a r. Aférrate a Él, únete a Él, «porque Él es tu vida y la prolongación de tus días». Deuteronomio 30 dice: «Llamo hoy por testigos contra ustedes a los cielos y a la tierra, de que he puesto delante de ustedes la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando al SEÑOR tu Dios, escuchando su voz y siéndole fiel. Porque él es tu vida y la prolongación de tus días, para que habites en la tierra que el SEÑOR juró que había de dar a tus padres…» (versículos 19-20, RVA-2015). ¿Quién decide cómo vivimos? Nosotros. Nosotros hacemos esa elección cuando decidimos que obedeceremos al Señor. Si las cosas no están saliendo bien en tu vida, no es culpa de Dios. Podría ser algo que no sabes. Y eso se llama ignorancia. La respuesta para esa condición es descubrir la voluntad de Dios en Su Palabra y obedecerla. O quizás sabes lo que deberías hacer, y no lo estás haciendo. Eso sucedió con los hijos de Israel y el resultado nunca fue bueno. Ellos sabían qué hacer, pero decidieron no obedecer a Dios. Eso se llama desobediencia. De cualquier manera, debes escoger. ¿Vivirás de acuerdo con la voluntad de Dios y harás lo que Él dice? ¿O vivirás como el mundo? Tu protección depende de tu elección. Así que abre tu corazón y di: "Señor, si estoy equivocándome en algún lugar, por favor corrígeme. Enséñame, muéstrame lo que necesito saber". Es probable que no disfrutes descubrir aquello en lo que te has estado equivocando; sin embargo, disfrutarás los resultados. Estoy muy agradecida por cada ocasión en la que Dios me ha corregido. D ios siempre e st á t r at a ndo de protegernos. Él está tratando de ayudarnos a permanecer en el lugar seguro, para que podamos hacer la obra antes de que Jesús regrese. Así que levántate firme en tu pacto de protección. Sé rápido para escuchar y presto a arrepentirte. Tu obediencia te mantendrá en el lugar secreto mencionado en el Salmo 91… ¡seguro bajo las alas de Dios! LV V C : 2 3

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