LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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Tierra. Dios dice muy específicamente en Hageo 2:8: «Mía es la plata, y mío es el oro, dijo el SEÑOR de los ejércitos». Puedes olv ida r te de lo que has escuchado acerca de que el dinero es "la ganancia sucia" del diablo. Toda la riqueza en el mundo le pertenece a Dios, y Su intención es que nosotros ejerzamos dom in io sobre el la. Su volu ntad para nosotros es que prosperemos y experimentemos el cumplimiento de lo que la Biblia dice en el Salmo 115:14- 16: «El SEÑOR aumentará bendición sobre ustedes; sobre ustedes y sobre los hijos de ustedes. Benditos sean del SEÑOR quien hizo los cielos y la tierra. Los cielos de los cielos son del SEÑOR; pero él ha dado la tierra a los hijos del hombre» (RVA-2015). Coherederos con el último Adán "Espera un minuto", podrías decir. "Si el diablo le robó la Tierra al hombre a través del pecado, ¿cómo es posible que nosotros podamos v iv ir en la práctica en el cumplimiento de esos versículos? ¡Es posible gracias a Jesús! Es posible porque Él vino a la Tierra como un Hombre y revirtió los efectos negativos de la caída de la raza humana. A través de Su muerte y resurrección, Jesús recuperó todo lo que el diablo había robado en el Ja rdín. Él no solamente restauró LA BENDICIÓN de Dios y abrió el camino para que la humanidad naciera de nuevo, sino que también reclamó toda la creación porque, por derecho, le pertenece. «Porque en él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él» (Colosenses 1:16). ¿Recuerdas lo que Génesis 1 nos revela acerca de cómo en el principio Dios creó la Tierra para Adán? ¡Bueno, Jesús es el "último Adán"! (1 Corintios 15:45). Él es el primer Hombre que alguna vez nació de nuevo de la muerte espiritual a la vida. Como el primer Hijo del Padre, Dios lo constituyó: «heredero de todo» (Hebreos 1:2). ¡Para todos aquellos de nosotros que hemos nacido de nuevo por medio de la fe en Él se nos ha constituido como coherederos! Romanos 8 lo dice tan claro como el agua: «El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados» (versículos 16-17). Sé que ya lo dije; sin embargo, voy a repetirlo: ¡como creyente, eres rico ahora mismo, más allá de lo que te puedas imaginar! Tú has heredado todo lo que puedas necesitar o querer alguna vez—más allá de lo que puedas pedir o pensar—y todo eso responderá a la fe en Dios y en Su PALABRA. "Pero, hermano Copeland, si eso es cierto, ¿por qué tantos cristianos luchan financieramente?" Porque les han lavado el cerebro. Personas con buenas intenciones pero en realidad ignorantes bíblicamente h a b l a n d o , n o s h a n e n s e ñ a d o incorrectamente, porque piensan o dicen cosas como: "Oh, eres tan indigno…" y "Simplemente no podemos saber lo que Dios va a hacer". Hay una palabra que encaja muy bien con ese tipo de pensamiento: "¡Basura!" D i o s n o s d i j o e n S u L i b r o exactamente lo que Él haría y podemos esperar que Él haga todo lo que dijo que haría. De hecho, deberíamos tener la expectativa de que lo haga. Deberíamos esperar que nos multiplique más y más, a nosotros y a nuestros hijos—¡y si eso le perturba la sensibilidad religiosa a alguien, de malas! Nosotros no deberíamos dejar de creer en la PALABRA De Dios sólo porque es molesto para algunas personas. Debemos creer todo lo que Él dice acerca de las riquezas, sin importar cuán elevado nos parezca. Por ejemplo, toma 1 Timoteo 6:17: «A los ricos de este siglo mándales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos». Ese versículo podría ser considerado chocante, no solamente por lo que dice, sino por lo que no dice. No dice: "Manda a los ricos en el mundo a vender todo lo que tienen y a ofrendarlo". Tampoco dice que nos deshagamos de todas nuestras posesiones materiales y que evitemos los bienes de este mundo viejo porque son realmente malos y Dios no quiere que los tengamos. No; como ya lo hemos visto, los bienes en este planeta no le pertenecen al mundo. Le pertenecen al Cuerpo de Cr isto y nosot ros deber ía mos controlarlos. Nosotros deberíamos estar tan BENDECIDOS financieramente, Deberíamos esperar que nos multiplique más y más, a nosotros y a nuestros hijos—¡y si eso le perturba la sensibilidad religiosa a alguien, ni modo! 6 : LV V C

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