LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Mayo 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

Issue link: http://read.uberflip.com/i/845782

Contents of this Issue

Navigation

Page 13 of 15

Te BENDECIRÉ en la ciudad y en el campo (lee Deuteronomio 28:3). BENDECIRÉ tu salida y tu entrada (lee Deuteronomio 28:6). M a nd a r é l a BEN D C IÓN s o br e tus graneros y en todo lo que haces, tend rá s abu nda nc ia de bienes, y prosperarás a donde quiera que vayas (lee Deuteronomio 28:8, 11). Yo he escog ido BEN DECIRT E . A hora t ú debes elegir. He puesto delante tuyo la vida y la muerte, la bendición y la maldición. ¡Así que e s c o g e s e r BE N DE C I D O ! ( l e e Deuteronomio 30:19). Como el Apóstol Pablo lo d ice en 1 Corintios 3:21: ¡en Cristo «todo es de ustedes»! Todo lo que alguna vez necesites o quieras en la vida, y mucho más allá de tus sueños más ambiciosos, ya te pertenece como coheredero de Jesús. Sin embargo, cuánto decidas recibir o disfrutar de lo que ya te pertenece, no es responsabilidad de Dios. Esa responsabilidad es tuya. Tú eres quien debe tomar por fe lo que Su PALABRA dice que ya te pertenece. Tú eres quien debe decidir qué quieres y creer en ello… ¡y si te olvidas de hacerlo, te perderás muchísimo! La cantidad exacta en el momento justo Comencé a descubrir esta revelación a finales de los años 60, cuando Gloria y yo empezábamos en el ministerio. En ese entonces no sabíamos todo lo que sabemos ahora acerca de la prosperidad, pero habíamos aprendido cómo pagar una montaña de deudas aparentemente insuperable. En una ocasión, después de predicar una serie de reuniones durante tres s e m a n a s s e g u i d a s e n L u i s i a n a , descubrimos que nos faltaban $900 dólares del presupuesto y sólo quedaba un ser v icio. Novecientos dóla res, ajustados con la inflación a la economía de hoy en día, serían unos $6.000 dólares, y en ese momento para nosotros parecían como una fortuna. ¡ Jamás habíamos recibido una cantidad similar en servicio alguno! Así que, en lo natural, la situación parecía imposible. A pesar de todo, nos habíamos puesto de acuerdo cuando las reuniones empezaron, en el número exacto que recibiríamos. Habíamos liberado nuestra fe de acuerdo a Mateo 18:19, donde Jesús dijo: «Una vez más les digo, que, si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá». Así que no solamente estábamos esperando que el dinero llegara. Nosotros vimos nuestro acuerdo como un contrato firmado con Dios. Nosotros haríamos nuestra parte al actuar de acuerdo a Su PALABRA y creeríamos que Él haría Su parte haciendo que sucediera. Aun así, en el transcurso de ese día antes de la última reunión, mientras me preparaba para predicar, el diablo seguía bombardeando mi cabeza, diciéndome: "Estas personas casi no han dado nada durante toda la convención. ¿Qué te hace pensar que darán $900 esta noche?" "No pienso que lo harán", le respondí. "Sé que lo harán, porque tengo la PALABRA de Dios de que así será". Hora tras hora me mantuve peleando la buena batalla de la fe, resistiendo la presión del diablo en mi mente. Cuando ya no pude estar más en la pequeña habitación del hotel, salí a caminar orando en el espíritu, confesando La PALABRA de Dios. Como era invierno, nadie podía oírme así que continúe declarándolo en voz alta. "Este monto completo me pertenece. Lo creímos cuando empezamos las reuniones, y lo recibiremos, ¡gloria a Dios!" Cuando el diablo me contradecía, yo repetía mi confesión de fe. "¡Cállate Satanás!", le decía. "Eres un mentiroso y el padre de las mentiras. Tengo la palabra de Jesús en este asunto; están escritas en letras rojas y no pueden mentir. No nos faltará dinero. Tenemos un pacto y así sucederá". Después de un tiempo, levanté mi mirada para observar un auto que estaba deteniéndose en el estacionamiento del hotel. Cuando el conductor me vio, comenzó a pitar como si algo estuviera mal. Deteniéndose a mi lado, exclamó: "¡Hermano Copeland! Cuánto me alegra encontrarlo. He estado en todos los servicios que ha predicado, pero tengo una reunión esta noche. ¡Voy a ir a la reunión, pero llegaré tarde y no quiero perderme la oportunidad de dar mi ofrenda!" A continuación, me entregó un cheque por $500 dólares. En esos días no recibíamos muchos cheques por ese monto, por lo que fue una maravilla en sí mismo. Es más, cuando recibimos la ofrenda esa noche, el total resultó ser la cantidad exacta que Gloria y yo habíamos acordado por escrito tres semanas atrás. ¡No nos faltó ni un solo centavo! Los mismos pasos, los mismos resultados "Bueno, esas cosas le pasan a usted hermano Copeland, porque usted es un predicador". No. Me pasan porque soy un creyente, y si tú también lo eres, deberían pasarte a ti también. Al igual que Gloria y yo, tú deberías estar recibiendo ingresos sobrenaturales—y lo harás si sigues los mismos pasos básicos. N° 1: Decide la cantidad que quieres. Determina cuánto necesitas, no sólo para suplir tus necesidades, sino para cumplir todos tus deseos. Conversa con el SEÑOR acerca de preguntas como: ¿Dónde nos gustaría estar f inancieramente como familia? ¿Disfrutaría de una casa más grande que esta? ¿Cuánto me gustaría tener en mi cuenta de ahorros? ¿Cuánto me gustaría ofrendar cuando el pastor anuncie que la Iglesia está construyendo un nuevo santuario? ¿Mil dólares? ¿Diez mil dólares? ¿Más? 1 4 : LV V C sp kenneth.indd 14 5/8/2017 3:17:51 PM

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Edición Mayo 2017