LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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LV V C : 9 D e si re e m i ró el c he que y a continuación, los libros. El cheque. Los libros. E r a p r o b a b l e q u e e s t u v i e ra escogiendo el camino más largo al asistir a la universidad. Se había ganado miles de dólares con un solo comercial y todavía seguía ganando dinero en concepto de regalías, tres años después. Y el caso no era que no tuviera oportunidades en este momento para trabajar en la industria. Su familia tenía una historia de éxito en Hollywood. Su papá, Hubie Kerns, era un actor, hacía doblajes y también los coordinaba. Uno de ellos en particular, de una larga lista de programas famosos de televisión que le dieron créditos, fue Batman, donde trabajó como doble para Adam West. La madre de Desiree, Dorismae Kerns, era una escritora de publicidad para la compañía MGM. Su cliente y buena amiga, Elizabeth Taylor, era la madrina de Hubie Junior, el hermano de Desiree. Segura de que su familia le ayudaría a posicionarse en el negocio familiar, Desiree abandonó la universidad, se mudó a California y se inscribió en clases de actuación. "Papá", dijo Desiree, "quiero hacer doblajes". Él se rio. No lo hizo de una manera burlona. Solo fue una respuesta espontánea y no planeada. "¿Qué?" "Desiree, estás muy gorda". Sor prendida, Desiree miró su cuerpo. De hecho, había ganado peso estando sentada en las clases de la universidad todo el día. Pero, ¿gorda? No lo era si se comparaba con la mayoría de las mujeres. Allí estaba el problema. Para poder ser doble, necesitaba ser de la misma talla que las actrices protagonistas de las películas. Desiree sacó sus zapatillas y salió a correr por un largo y extenuante rato. Desde ese momento, corrió todos los días. Se entrenó y empezó a correr maratones, mientras hacía la dieta del hambre. Su cuerpo cada vez se puso más delgado y pequeño, como el de las estrellas de Hollywood. Aún en ese momento, no podía dejar de correr. La palabra gorda continuaba haciéndola querer correr, kilómetro tras kilómetro. Se obligó a correr más maratones. Pasaba hambre, se purgaba para asegurarse de mantenerse delgada— con la esperanza de que nadie sospechaba de su secreto. Especialmente su papá. D e s d e s u c o n v e r s i ó n a l cristianismo, él estaba un poco pasado con el tema "Dios". Incluso lideraba la Asociación de Hombres de Negocios del Evangelio Completo de Hol ly wood. Se ocupaba por l a v id a e s pi r it u a l de D e si re e , y oraba por el la todos los días. Desiree deseaba que se detuviera y se diera cuenta de que ella era muy espiritual. Hasta ese momento había intentado la Ciencia de la Mente, Hare Krishna y numerosas religiones de la Nueva Era. Aunque, siendo honesta, no había encontrado nada que la ay udara a romper con las cadenas de la anorexia y la bulimia. El poder de la oración " Un d ía ent ré a mi c lase de actuación y conocí a un compañero que se llamaba Mel Ayres", recuerda D e si re e . " S ol a mente me tomó mirarlo una vez para decidir que él era el hombre con el que me gustaría casarme, a pesar de que él cargara para todas partes una Biblia negra muy grande. Traté de conseg uir su atención, pero ni siquiera se dio cuenta de que existía". "Mi primo era cristiano y me invitó a visitar su iglesia. Normalmente no habría ido; sin embargo, su iglesia se llamaba West wood y yo había escuchado que Mel asistía a esa iglesia. Así que en caso de que fuera el mismo Mel, accedí a ir. Cuando entré a la iglesia, lo primero que vi fue a Mel, en primera fila con sus manos levantadas". "Durante la alabanza, por primera vez en mi v ida, experimenté la presencia de Dios. Nada me había prepa rado pa ra esa ex periencia. Sollocé y lloré, e invité a Jesús a mi corazón. ¡Una vez que nací de nuevo, Mel se interesó en mí!" "Para nuestra segunda cita, Mel planeó llevarme a la iglesia del Dr. Fred Pr ice , el C ent ro Cr ist ia no C r e n s h a w, p e r o s u a u t o t e n í a p r o bl e m a s m e c á n ic o s . M i p a p á realmente quería que yo saliera con un cristiano, así que manejó por todo los Ángeles para recogernos y llevarnos a la iglesia". "Mel y yo volvimos la siguiente semana y yo recibí el bautismo en el Espíritu Santo. El 23 de mayo de 1982, Mel y yo nos escapamos a las Vegas y nos casamos. Después de hacerlo, nos dimos cuenta de que nuestras familias y amigos se desi lusiona r ía n muc h ísimo. No le dijimos a nadie acerca de nuestra aventura, solamente que estábamos comprometidos. Cuando volvimos a la casa, mi mamá empezó a planear nuestra boda. Con el tiempo, ella descubrió la verdad, al encontrar una copia de la licencia de nuestro matrimonio debajo de mi cama". "El 17 de septiembre de 1982, volamos a donde el mismo ministro que nos casó en las Vegas, para que nos casara por segunda vez. Él estaba lleno de Espíritu y lo amábamos". " E l c o m i e n z o d e n u e s t r o matrimonio fue difícil. Yo había nacido de nuevo, pero no había aprendido a controlar mi carne. Cuando me enojaba con Mel, lo maldecía y le tiraba mis zapatos de tacones. No estoy segura si nuestro mat r i mon io habr ía sobre v iv ido si no fuera por la Convención de Creyentes del Oeste, ese mes de julio. En ese momento fue cuando Kennet h y Glor ia Copela nd se convirtieron en nuestro modelo a seguir. Nosotros queríamos ser como ellos. Mel ya había comenzado ese caminar, pero yo me uní a él para aprender a vivir por medio de la fe, caminar en amor y perdonar. A través de ese proceso nuestro matrimonio se sanó". Secretos revelados A lo largo de su relación, Mel no tenía idea de que Desiree estaba luchando contra la anorexia y la bulimia. Había conseguido esconderlo mientras estaban saliendo, durante dos bodas, una luna de miel en Europa y meses de matrimonio. Una y otra vez, ella se mantuvo en fe. Confesó escrituras, oró, liberó su fe. Una y otra vez, su cuerpo hambriento gritaba pidiendo comida hasta que se daba por vencida. Entonces la vergüenza y la culpa la empujaban a expulsar la comida.

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