LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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para desarrollar una vida de oración profunda y satisfactoria: la Palabra de Dios, el Espíritu de Dios y el compromiso de tu parte. Las dos primeras son regalos de parte de Dios. Son Su garantía de nuestro éxito en todos los aspectos de nuestras vidas. Pero también son la garantía de que podemos conocerlo, tener comunión con Él y trabajar con Él. Sin embargo, el tercer ingrediente es tu compromiso, y es el que realmente marca la diferencia. Sin compromiso, realmente no importa lo que Dios haya hecho o dado. Los tesoros del Reino son para quien pide, llama y busca. No están ocultos de nosotros, sino para nosotros. Aun así, no están diseñados para que las personas con mentalidad carnal los usen y abusen. ¿Qué hacer si estás comprometido a crecer en tu vida de oración? Empieza por pedirle al Señor que te guíe y luego, ten fe en que Él lo hará. Comprométete a reservar tiempo específi camente para la oración. Quizás podrías empezar con 20 minutos. Aunque parezca que no puedas hacerlo todos los días, ¡comienza con 20 minutos en algún momento de tu semana! Luego, comprométete a mantenerte enfocado. Romanos 8:7 nos dice que la carne está en oposición a Dios. La mayor parte del tiempo, nuestra carne busca sentarse. Buscará una razón para no hacer lo que tiene que hacer (sí, otra vez la procrastinación). Siéntate a orar y tu carne de repente pensará en una docena de cosas que deban hacerse. ¡Sentirás la necesidad de saltar y ponerte en marcha en ese instante! Debes estar alerta ante tales impulsos y negarte a permitir que algo te distraiga de tu tiempo con el Señor. Recuerda que le pediste al Señor Su ayuda. Por lo tanto, permanece atento a Su dirección. Tal vez se te ocurra una canción. Siempre que sea una que puedas cantarle, ríndete. Si te viene a la mente un pasaje de las Escrituras, búscalo y háblale de él. Dile al Señor de qué estás agradecido. Dile lo impresionado que estás con todo lo que puede hacer. Mira los Salmos y encuentra aquellos en los que puedas basar tus oraciones. Ora las oraciones del apóstol Pablo, comenzando con Efesios 1 y 3, y Colosenses 1. ¡Y ora en lenguas! O como decía mi abuela, Vinita Copeland, "¡Atácalo en lenguas, cariño!" Comprométete a aprender de los demás. Invierte tu tiempo en enseñanzas sobre la oración de ministros con ideas afi nes. Ora cuando alguien te lo pida, incluso cuando el pastor diga desde la plataforma: "¡Oremos!" Únete o inicia un grupo de oración, incluso si es solo con otra persona. He escuchado decir a Kenneth E. Hagin, así como a otros, que LV V C : 1 5 algunas cosas sobre la oración son "mejor captadas que enseñadas". Orar con otros es una de las mejores formas de "captar cosas" en el espíritu. Pero nada reemplaza tener fe en que el Espíritu de Dios hará lo que se te ha asignado y te guiará en cada paso del camino. Hay mucho más en juego que simplemente marcar una lista de "Resolución de Año Nuevo". Nuestras familias necesitan oración. Nuestras naciones necesitan oración. Y necesitan que demos un paso adelante, sin procrastinar, sin vacilar y con una valentía del Reino que solo puede provenir del tiempo que pasamos con el Padre. UN BUEN FUTURO UN BUEN FUTURO W Recibe las noticias sobre tu futuro de la Palabra, en lugar del mundo. (Jeremías 29:11) Mantén las promesas de Dios en la tierra de tu corazón, se paciente, y cosecharás un futuro maravilloso. (Hebreos 6:11-12) ÁBRELE LA PUERTA AL PLAN DE DIOS PARA TU VIDA BUSCÁNDOLE A ÉL PRIMERO. (Mateo 6:33) Lo que haces con la Palabra de Dios determina cuánto de Su plan y futuro experimentarás. (Isaías 55:11)

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