LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Marzo 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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por Melanie Hemry 8 1 6 : LV V C LA CONGREGACIÓN ya podía imaginarse el sonido de las campanillas de los trineos en el auditorio de la Iglesia Internacional Eagle Mountain. Era la mañana del 16 de diciembre de 2018 y el escenario estaba decorado con un paisaje invernal salido del país de las maravillas, listo para el programa navideño. David y Kristy Caudillo observaron con entusiasmo a un grupo de niños que subía al escenario. En la primera la estaba Gabriel, el segundo de sus cinco hijos. La dulzura de su rostro se fruncía entremezclada con la concentración del canto, y sus ojos color chocolate brillaban con entusiasmo. A los 7 años, Gabriel representaba la ternura de su corazón y ese travieso compañero de juegos de sus hermanos. Mientras el resto de los hijos de la familia Caudillo esperaban con grato entusiasmo la Navidad, Gabriel esperaba por su cumpleaños con gran expectativa. En tan solo tres semanas cumpliría 8 años y se haría realidad su mayor deseo. Lo que Gabriel más deseaba era disfrutar el parque acuático del hotel Great Wolf Lodge en Grapevine, Texas. De compras el día de Black Friday después del Día de Acción de Gracias, su abuela había encontrado boletos con descuento para el hotel y había comprado un paquete promocional para toda la familia para celebrar el cumpleaños de Gabriel. Una de las condiciones del paquete era que, una vez comprado, las fechas no podrían cambiarse. Ese no era problema alguno; la fecha del cumpleaños de Gabriel tampoco cambiaría. Ese día más tarde, Kristy dejó que los cuatro niños salieran a jugar en el trampolín mientras ella alimentaba a su hija menor, Kathryn. Alrededor de las 3:30 pm, la pací ca tarde se tiñó de gritos desgarradores. David salió corriendo y encontró a Gabriel recostado boca abajo sobre su codo. Un cumpleaños frustrado "Lo cargué y lo llevé a la casa, y le puse hielo en el codo mientras trataba de averiguar qué había sucedido", recuerda David. "Los niños estaban jugando en el trampolín, que está rodeado por una red. Gabriel le había quitado la gorra a su hermano menor, Nathaniel, y se había burlado de él. Luego había salido de la red perimetral para recoger la gorra. Fue entonces cuando Nathaniel decidió vengarse arrojándolo del trampolín." "Dejé a los otros niños en casa con Kristy y llevé a Gabriel para que lo revisaran en Urgencias, hablando con él en el camino. Les hemos enseñado a nuestros hijos a no maltratar a los demás, y eso incluye a sus hermanos. Le dije a Gabriel que, dado que no había presenciado el accidente, sería Nunca más una mágica bola

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