LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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Me sorprendió el diagnóstico, pero no me asusté", recuerda Diane. "Hemos sido colaboradores de los Ministerios Kenneth Copeland durante más de 20 años, y nos han enseñado bien. 1 4 : LV V C Una palabra de parte de Dios " Me sor prend ió el d ia g nóst ico, pero no me a susté ", rec uerd a Dia ne. " Hemos sido col aboradore s de los M i n ister ios Ken net h Copeland durante más de 20 años, y nos han enseñado bien. También somos miembros de la Iglesia Internacional Eagle Mountain desde 1995." "Charlie comenzó como voluntario operando las cámaras en EMIC", explicó Diane; luego se jubiló anticipadamente de Delta y comenzó a trabajar para KCM. En la actualidad, se desempeña como el productor de la transmisión televisiva diaria del ministerio. "Nos sumergimos en la Pa labra de Dios", comenta Diane. "No teníamos ninguna duda de que estaba sanada. Era un trato hecho." "La semana siguiente, mi médico ordenó una tomografía por emisión de positrones (PET), la cual produjo resultados no muy alentadores. Me re rió a un oncólogo. Antes de que pudiera asistir a mi cita el 19 de agosto, formé parte de la audiencia de una grabación con el hermano Copeland y la Sra. Gloria. Mientras se iban, Gloria se detuvo y preguntó: '¿Hay alguien aquí que esté lidiando con algo serio que está tratando de aferrarse a sus vidas?'" "Tres de los que estaban presentes respondimos. Yo era la tercera persona por la que oraban. El hermano Copeland me preguntó: "¿Qué está pasando?" Le expliqué que acababa de recibir un diagnóstico de cáncer, pero que creía que estaba sana." "Puso su mano sobre mi cabeza y la Sra. Gloria puso su mano sobre mi pecho. El hermano Copeland dijo: 'Maldigo el espíritu de vida que hay en el cáncer que se ha adherido al cuerpo de mi hermana. ¡Muere! ¡Te caes de este cuerpo! ¡Te vas! ¡Sal de aquí! Te damos gracias, Señor Jesús, por concedernos este milagro notable. Tan pronto como se diagnosticó, con la misma rapidez dirán que se ha ido. No tenemos pruebas. ¡Se ha desmaterializado en el Nombre de Jesús!" "Hizo una pausa, escuchando al Señor. 'Acabo de escuchar esto', continuó el hermano Copeland. 'No es hora de que mueras. Absolutamente no es el momento. Tu libro del destino no menciona nada acerca de que mueras de cáncer. Dice que vivirás tu vida y alabarás a Dios. ¡Terminarás tu curso con alegría en el Nombre, el Nombre, el Nombre de Jesús! ¡Gloria a Dios!'" Al día siguiente vi a la oncóloga. "Tienes cáncer en etapa cuatro", explicó la doctora. "Está en tu colon, tu hígado y tu sistema linfático. Necesitamos comenzar la quimioterapia de inmediato." "Doctora, yo creo que Jesús es mi Sanador." "Sin tratamiento estarás muerta en seis meses." Buscando cualquier duda oculta De regreso en casa, Diane encontró refugio en su Biblia. Creía que ya había ganado la victoria sobre el cáncer. Ella tenía todas las promesas de Dios, incluyendo 1 Pedro 2:24: «Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados». (Nueva Versión Internacional). Ella también tenía la Palabra de Dios a través de su profeta, el hermano Copeland. Ahora era el momento de hacer una mirada introspectiva profunda. ¿De verdad creía que Jesús era Su sanador? ¿Había alguna duda o incredulidad escondida debajo de sus confesiones? Aquí era donde se enfrentaba cara a cara con la verdad. No tenía sentido enterrar la duda y ngir que no existía. Después de escudriñar su corazón, Diane supo

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