LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Noviembre LATAM 2018

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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la verdad acerca de esto." "Bueno", respondió, "mi abuelo murió del corazón, mi padre murió del corazón, y ahora estoy enfermo del corazón." Insatisfecha con la respuesta, mi mamá lo intentó de nuevo. "¡No!", le dijo. "¡Dime la verdad al respecto!" "Señora, ¡sólo le dije la verdad!", respondió Jimmy. "Mi abuelo murió del corazón, mi padre murió del corazón, y ahora estoy enfermo del corazón." "Kennet h, en ese momento estaba enojado", me confesó más tarde Jimmy. "Yo no sabía lo que ella quería que le respondiera. Pero ella finalmente se respondió a sí misma. 'Isaías 53 es la verdad sobre esto', gritó. '¡Por las llagas de Jesús estás sano!' Luego ella impuso con fuerza sus manos en los laterales de mi cabeza y echó fuera esa condición diabólica." "¡Sa lí de su casa como un hombre nuevo! Rompí esa maldición, y hoy es mi cumpleaños número 60, ¡y tengo el corazón de un adolescente!" Sé aquel que acaba con la maldición "Sí", podrías decir, "pero nuestra familia tiene un problema diferente. Estamos genéticamente predispuestos a desarrollar cáncer." ¡No, cállate ahora mismo! Sé aquel que acabe con esa maldición sacándola de tu boca y reemplazándola con LA BENDICIÓN. Comienza a cambiar esa situación en tu familia aplicando la sabiduría del Salmo 91:1-3, que dice: «El que habita en el lugar secreto del Altísimo se mantendrá estable y bajo la sombra del Omnipotente [Cuyo poder no puede soportar ningún enemigo]. Diré del Señor, Él es mi Refugio y mi For ta leza, mi Dios; en Él me inclino y confío, ¡y en Él confío [con confianza]! Porque [entonces] Él nos librará del lazo del cazador y de la pestilencia mortal.» (Biblia Amplificada, Edición Clásica). Lee esos versículos nuevamente y une las dos frases en negrita. ¿Qué te dicen? Te dicen que cuando dices que Dios es tu Refugio y Fortaleza, entonces Él te librará. Cuando lo dices y lo crees, entonces lo hará. ¡ENTONCES… ÉL… LO HARÁ! "Pero esa promesa sólo me cubre a mí, hermano Copeland. No dice nada acerca de mis descendientes." Quizás no, pero Isaías 54 sí lo hace. Dice: «Yo, el Señor, enseñaré a todos tus hijos, y su paz se verá multiplicada. Tu adorno será la justicia. Y no tendrás nada que temer porque la opresión se alejará de ti, y nunca más se te volverá a acercar… No saldrá victoriosa ninguna arma que se forje contra ti. Y tú condenarás a toda lengua que en el juicio se levante contra ti. Ésta es la herencia de los siervos del Señor. Su salvación viene de mí. Yo, el Señor, lo he dicho.» (versículos 13-14, 17). Deberías estar citando esos versículos sobre tus hijos todo el tiempo. Cuando todos los demás están hablando de ataques terroristas y tiroteos escolares, deberías estar diciéndoles a tus hijos y nietos, "No te preocupes, cariño. Dios dijo que el terror ni siquiera se te acercará. Dios dijo que disfrutarás de una gran paz". La palabra hebrea traducida como paz significa "estar completo, sin daño e intacto, sin nada perdido y sin nada roto. Significa ser BENDECIDO en cada área de la vida: espíritu, alma, cuerpo, financiera y socialmente". ¡Habla sobre un maravilloso legado familiar! La paz en su má xima expresión nos pertenece a cada uno de nosotros en Cristo Jesús. Sin embargo, si vamos a caminar en esa verdad, debemos creerla y declararla. Tenemos que condenar todo lo negativo e incrédulo que el diablo intente imponernos y decir, como lo hace el Salmo 103: «¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia. El Señor te sacia con los mejores alimentos para que renueves tus fuerzas, como el águila.» (versículos 2-5). Ese salmo no está hablando de comida cuando dice que Dios satisface tu boca con cosas buenas. Está hablando de palabras. Está diciendo que podemos poner palabras de Dios en nuestras bocas que renovarán nuestra juventud. ¡El trato comienza a ponerse realmente bueno cuando has estado aquí tanto tiempo como yo! Pero no te aconsejo que esperes hasta que tengas más de 80 para involucrar a Dios. Aunque es mejor tarde que nunca, es aconsejable participar del programa de renovación de la juventud más temprano en la vida. El SEÑOR me dijo eso hace muchos años cuando estaba orando por mi madre. puerta al enemigo y luego usando palabras para transmitir los resultados de esa obra demoníaca a sus hijos y nietos. M ient r a s má s s e t r a nsm it a n e s a s declaraciones, más se integrarán en la mentalidad y el vocabulario de la familia. A medida que más penetran, más poderosas se vuelven. La mayoría de los creyentes no se dan cuenta de esta verdad, pero podemos "edif icar" cosas en el espíritu el tiempo suf iciente como para cambiar nuestros cuerpos físicos. Puedes creer y repetir la maldición de la enfermedad, o la adicción, o lo que sea, hasta que te dañe genéticamente, y ese daño termine siendo transmitido a través de tu árbol genealógico. En lo natural se le llama herencia, pero su origen fue en el ámbito del espíritu por alguien que creía y declaraba palabras llenas de muerte. ¿Se puede detener este tipo de maldición en una familia una vez que se ha iniciado? Cl a ro que se puede. L o he v isto demostrado una y otra vez. Uno de mis ejemplos favoritos es lo que sucedió en la vida de mi buen amigo Jimmy Hester. Él y yo solíamos montar motocicletas juntos. Un día entré en una tienda y lo vi sentado en el mostrador, hablando por teléfono, con una gran sonrisa en la cara. Me hizo un gesto y, después de que terminó su conversación, me dijo que había estado hablando con su médico. "Kenneth, acabo de tener un control", me dijo. "Hoy es mi 60º cumpleaños y el médico me dijo que tengo el corazón de un joven de 16." Sabía que él había tenido problemas cardíacos en el pasado, así que entendí de inmediato que era un informe milagroso, pero ese día me compartió los detalles. Por generaciones, los hombres en su familia habían muerto entre los 40 o 50 años a causa de problemas cardíacos. Se lo habían recordado repetidas veces desde que era un niño. "Jimmy", le decía su madre, "debes tener cuidado. Tu abuelo sufría del corazón, tu papá sufría del corazón, así que tú también sufrirás del corazón." Dicho y hecho, cuando cumplió sus 50 años, se convirtió en realidad. El corazón de Jimmy comenzó a provocar serios problemas. Alguien que sabía lo que había pasado lo llevó a una de las reuniones de oración de mi madre el lunes por la noche, y justo antes de orar por él, lo miró a los ojos y le dijo: "Dime 4 : LV V C

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