LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Julio LATAM 2020

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

Issue link: http://read.uberflip.com/i/1268921

Contents of this Issue

Navigation

Page 13 of 15

No importa lo que nuestra denominación piense. Solo importa lo que Dios piensa. 1 4 : LV V C voluntad en la Tierra como en el cielo. Él quiere hijos e hijas que caminen en Su BENDICIÓN y reinen en esta vida como si Él estuviera aquí manifestándose en Su plenitud. Sólo una restricción Ésta ha sido la voluntad de Dios desde el comienzo. Es lo que Él tenía en Su corazón, cuando creó a Adán y lo puso en el Jardín del Edén. Como Génesis 1:27-28 dice: «Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios con estas palabras: «¡Reprodúzcanse, multiplíquense, y llenen la Tierra! ¡Domínenla!» Al hacer a Adán a Su imagen, Dios hizo a Adán tan parecido a Él como pudo. Lo vistió con la gloria divina e infundió en su espíritu Su propia Zoe, la vida eterna. Adán se parecía a Dios por dentro y por fuera. Tenía el mismo poder en su espíritu que el poder que Dios tenía. Tenía autoridad en la Tierra, tal como Dios tenía autoridad en el cielo. Dios le dio dominio y le dio el gobierno de la Tierra en sus manos. La única restricción que Dios le dio a Adán fue la siguiente: «no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él ciertamente morirás» (Génesis 2:17). Sin embargo, a pesar de darle ese único mandamiento, Dios le permitió escoger. Lo dejó decidir si obedecería, o no. Dios no forzó a Adán a hacer nada, porque no quería que fuese un esclavo. Él quería que fuera un hijo. Él quería que lo sirviera por su propia voluntad y que sólo conociera el bien, y no el mal. Pero Adán tomó la decisión incorrecta. Pecó. Desobedeció a Dios, dobló su rodilla ante el diablo y le abrió la puerta a la muerte espiritual. Perdió la BENDICIÓN y la gloria de Dios, trajo la maldición sobre la humanidad y dejó que el diablo le robara a Dios Su familia. ¿Cómo respondió Dios? ¡Empezó a trabajar inmediatamente para recuperarla! Allí mismo, en el Jardín del Edén, le dijo a la serpiente, el diablo, que tentó a Eva: «Por esto que has hecho, ¡maldita…Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón» (Génesis 3:14-15). Desde ese momento, Dios empezó a trabajar en el día que nuevamente podría tener hijos e hijas en la Tierra, hechos a Su imagen y llenos de Su gloria. Ése era Su plan. Era Su voluntad, y debido a que Él nunca cambia, a pesar del alto precio que eso le implicaría, Él quería que sucediera. Te lo digo—¡la paciencia de Dios es admirable! Por miles de años trabajó… y trabajó… y trabajó en el plan de redención. En todo el Antiguo Testamento lo dijo a través de Sus profetas, una y otra vez: "¡Vendrá uno que pagará el precio para tener mi familia de nuevo!" Cuando todo estuvo listo, el Espíritu de Dios vino sobre una joven mujer llamada María e hizo que Jesús fuera concebido. ¡Jesús vino no sólo como el Hijo de Dios, sino como el Hijo del hombre! Dejando de lado Sus derechos divinos, operó como un hombre en Su vida terrenal, porque esa era la única manera de deshacer lo que había pasado a través de la caída de Adán. Un hombre le había entregado la familia de Dios al diablo al cometer traición espiritual, y un hombre debía obtenerla de nuevo. Esa es la razón por la que tuvo que nacer de una virgen. No fue para que pudiéramos cantar villancicos. Fue para que, como hombre nacido de mujer, Jesús tuviera autoridad en la Tierra, y como un hijo de Dios, Él pudiera redimirnos de la maldición del pecado. El retrato perfecto del plan de Dios Durante el ministerio terrenal de Jesús, Él nos pintó un retrato perfecto de la voluntad de Dios para Su familia. «Porque no busco hacer mi

Articles in this issue

Archives of this issue

view archives of LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Edición Julio LATAM 2020