LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio 2017

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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todo, y mediante el cual hizo el universo. Él es el resplandor de la gloria de Dios. Es la imagen misma de lo que Dios es. Él es quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la derecha de la Majestad, en las alturas, y ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido un nombre más sublime que el de ellos» (versículos 2-4). En seg undo lugar, es el Nombre conferido a Jesús porque, como miembro de la Deidad en igual condición al Padre, Él no se hizo de ninguna reputación, vino a la Tierra como un hombre, y fue a la cruz para asegurar la redención de la humanidad. Como Filipenses 2 dice: «Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio [Su] nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los [nombres] que están en los cielos, y [nombres] en la tierra, y [nombres] debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre» (versículos 9-11). Tercero, es el nombre que Jesús ganó por conquista cuando derrotó al diablo y todos sus siervos y les quitó las llaves de la muerte y el infierno. Es el nombre que ganó cuando: «Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz». (Colosenses 2:15)—Él declaró: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra" (Mateo 28:18). Su Nombre también es tu nombre ¡El Nombre de Jesús es el Nombre que lo transforma todo—y te pertenece a ti como Su coheredero, tanto como le pertenece a Él! Es tuyo porque has nacido del mismo Padre celestial. El «Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra» (Efesios 3:14-15). Es tuyo porque cuando entraste en el pacto de sangre con Jesús fuiste nombrado en la familia de Él y el Padre. No recibiste solamente permiso de usar ese Nombre de vez en cuando para hacer que el diablo te escuche. Dios te dio ese Nombre distinguido. ¡Ahora es tu nombre! Es como sucede en un matrimonio. Cuando Gloria y yo nos casamos mi nombre se convirtió en el de ella. Ella empezó a ser conocida como Gloria C op e l a nd . E l l a tomó e l ap e l l ido Copeland y empezó a usarlo sin ningún reparo porque sabía que le pertenecía. No solamente era suyo legalmente; le pertenece, porque a través del pacto del matrimonio, nos hicimos uno. De la misma manera, cuando t ú entraste en el Nuevo Pacto por fe en Jesús, te convertiste en "un espíritu" con el SEÑOR. Te convertiste en parte de Su Cuerpo, "de Su carne y Sus huesos". La Biblia va más allá y dice que: «como él es, así somos nosotros en este mundo» (lee 1 Corintios 6:17; Efesios 5:30; 1 Juan 4:17). Esta es la realidad asombrosa de nuestra unión con Jesús. ¡Te da tal poder absoluto para hablar en Su Nombre, que todo el cielo apoyará lo que dices, como si Jesús estuviera presente personalmente, declarando esas mismas palabras! Por supuesto, tienes que leer y meditar lo que La PALABRA dice para sacar el máximo provecho de ese poder, porque es la fe en el Nombre lo que hace la obra, y la fe viene al oír LA PALABRA. No viene de otra manera. Ni siquiera viene de ver milagros sucediendo en el Nombre de Jesús. M i r a nu e v a m e nt e He c h o s 3 y la sanidad del cojo y verás a lo que me ref iero. Las personas que fueron testigos de ese mi lag ro no f ueron llenas instantáneamente con fe. No, inicialmente solamente: «se quedaban admirados y asombrados» (versículo 10). Después Pedro empezó a predicarles el evangelio. Les dijo que Jesús es el «Autor de la vida» (versículo 15) y que Dios lo resucitó y lo envió a BENDECIRLOS y a convertirlos de su maldad» (versículo 26). ¡Mientas Pedro estaba predicando, la fe llegó a esas personas! En vez de solo estar asombrados, «muchos de los que habían oído sus palabras, creyeron» (Hechos 4:4). Lo mismo te sucede a ti en lo que concierne al Nombre de Jesús. Mientras tú atiendes a lo que la PALABRA dice al respecto, viene la fe. ¡No solamente crecerás en tu fe y entendimiento del poder del Nombre de Jesús, sino que entenderás verdaderamente que Su Nombre realmente es tuyo! Protección, provisión y liberación Para una representación viva de lo que significa caminar en esa revelación, lee el Sa lmo 91. Éste describe una v ida marcada continuamente por la protección sobrenat ura l donde eres liberado de la pestilencia, los peligros y las trampas de cualquier clase. Éste habla de ángeles rodeándote todo el tiempo y defendiéndote, una vida tan victoriosa en la que puedes poner al diablo bajo tus pies. ¡Casi suena demasiado bueno para ser cierto; sin embargo, es la vida que ha sido provista para el hijo de Dios nacido de nuevo! Es el poder que está disponible en el Nombre de Jesús para 6 : LV V C ES LA FE EN EL NOMBRE LO QUE HACE LA OBRA, Y LA FE VIENE AL OÍR LA PALABRA. NO VIENE DE OTRA MANERA. NI SIQUIERA VIENE DE VER MILAGROS SUCEDIENDO EN EL NOMBRE DE JESÚS".

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