LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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quiero terminar mi vida como una vencedora. Cuando llegue el día de la recompensa, quiero escuchar a Jesús decir: "¡Bien hecho, mi buen y f iel siervo!" Estoy segura de que tú también lo deseas. Sin embargo, para que eso suceda, tendremos que seguir creciendo constantemente en el fruto del espíritu. Podrías preguntarte: "¿Cómo hago para caminar consistentemente en el poder del fruto del espíritu de una manera práctica?" Lo primero que hacemos es ir a la Biblia para aprender lo que Dios t iene que decir al respecto. Un pasaje que he estudiado bastante es 2 Pedro 1:3- 11. Dice que: «Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder [de Dios], mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y g randísimas promesas, para que por ellas ustedes [nosotros] lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, puesto que han huido de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos» (versículos 3-4). Estos versícu los nos ay uda n a entender el proceso a l dec i r nos que la piedad (que es otra forma de describir "el fruto") viene a través del conocimiento del Señor. Cuanto mejor lo conozcamos, mayor revelación tendremos de Su naturaleza divina que habita en nosot ros. Cua nto mejor comprendamos Su naturaleza, más podremos participar de ella, y nos volveremos más libres de la corrupción de este mundo. El pasaje continúa diciendo: T a m b i é n , p o n i e n d o t o d a diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia; Y en la ciencia templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios; y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad. Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo… Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer f irme v uestra vocación y elecc ión; porque hac iendo esta s cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (versícu los 5-8, 10-11, RVA). Si alguna vez necesitas inspiración para caminar en el fruto del espíritu, v uelve a leer esos versícu los con frecuencia; nos enumeran muchos benef icios ma rav i l losos. Cuando abundas en el fr uto, accedes a lo mejor que Dios tiene planeado para ti. Operar en ellos te da el poder de c u mpl i r t u l l a m a do d iv i no. Permanecerás espiritualmente seguro y evitarás caídas destructivas. Lo mejor de todo es que, según estos versículos, cuando hayas terminado tu asignación terrenal, ¡disfrutarás de una entrada abundante al reino eterno de Dios! ¿Qué signif ica tener una entrada abundante en Su reino? Por un lado, sig n i f ica que no l l e g a r á s a l c i e l o p o r u n p e l o. Y n o l l e g a r á s c o n l a s m a n o s vacías sin nada que most ra r del estilo de v ida que v iv iste en este pl a neta . Cua ndo sa l g a s de e ste reino natural al reino de la gloria p o r q u e c u lt i v a s t e y c a m i n a s t e en el fruto del espíritu aquí en la tierra, tendrás recompensas eternas ag ua rdándote. Tendrás una g ran fiesta de recibimiento para darte la bienvenida. El fr uto + los Dones = Má x imo Poder L o s d o n e s d e l E s p í r it u s o n emocionantes y espectaculares, y la Iglesia definitivamente los necesita. Son extremadamente valiosos. Pero, a diferencia del fruto, los dones no se manifiestan cuando tú quieres. No puedes levantarte todas las mañanas y decir: "Creo que hoy caminaré en la palabra de sabiduría y en el don de los milagros." No; los dones se manifiestan solo según la voluntad del Espíritu Santo (1 C or i nt ios 1 2:11). Fu nc iona n solo en determinadas situaciones. No puedes vivir de los dones. Las personas que lo intentan terminan metiéndose en problemas. To d o s h e m o s e s c u c h a d o l a s historias. Hemos escuchado acerca de cristianos que hablan en lenguas y que profetizaban regularmente en la iglesia los domingos y, sin embargo, sin darse cuenta, terminaron cayendo en un estilo de vida pecaminoso. I n c l u s o h e m o s e s c u c h a d o , e n ocasiones, acerca de un ministro de Dios verdaderamente ungido que tuvo grandes sanaciones y milagros en sus reuniones y luego se involucró en a lg ún t ipo de asunto i l íc ito. ¿Qué fue lo que abrió la puerta a esas tragedias? ¿Cómo es posible que tales creyentes aparentemente espirituales terminen tan mal? L a r e s p ue s t a e s s i mple . E sos c r e y e n t e s o p e r a b a n c o n d o n e s espirituales, pe ro no tenían mucho fruto espiritual. Así que no tenían la fuerza para vencer las presiones de la tentación. Como resultado, cuando el diablo los persiguió, sucumbieron a su ataque. Terminaron tomando un desvío carnal que los dejó náufragos y les robó parte del propósito de Dios para su vida. ¡ N i n g ú n c r e y e n t e t i e n e l a intención de terminar de esa manera! Pero, si no aprendemos a caminar en el poder de nuestra naturaleza divina, nos podría pasar a cualquiera de nosotros. Por eso no queremos centrarnos en los dones. Aunque es

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