LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE

Edición Junio LATAM 2021

LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE - Revista publicada por los Ministerios Kenneth Copeland, disponible gratuitamente para personas que deseen suscribirse.

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dé. Si te encuentras en dif icultades o enfrentas algún tipo de prueba o tentación, simplemente di: "Padre, ne c e sito a l g o de re v e l ac ión . S é q ue e s t a s it u a c ión no prov ie ne de ti porque es mala. Está bajo la ma ld ic ión y sé que Jesús me ha r e d i m id o d e l a m a l d ic ión . S i n embargo, necesito tu sabiduría para ayudarme a aferrarme a la victoria que Jesús ya me ha dado." Un a v e z q u e h a y a s he c ho t u petición, agradécele a Dios por la respuesta, perdona a quien necesites perdonar y comienza a escuchar en tu espíritu la dirección del SEÑOR. Basta de café… basta de dolor R ec uerdo u na oc a sión en m is pr i meros a ños en el m i n ister io; estaba lidiando con dolores en las articulaciones de mis codos. Oraba para recibir sanidad en esa área, y por un tiempo mejoraría levemente. L u e g o, e mp e or a b a . F i n a l m e nt e la sit uación comenzó a irritarme, y decidí pasar unos días en la casa de un amigo en el lago, buscando aprender del SEÑOR acerca de la situación. Pasé el primer día repasando los versíc u los que acabo de cita r de Santiago 1 y 1 Corintios, y versículos de Proverbios como: La sabiduría clama en voz alta en la calle… (Proverbios 1:20, Biblia Ampliada, Edición Clásica) E n p r i m e r l u g a r , a d q u i e r e sabidu r ía ; sobre todas las cosas, adquiere inteligencia. (Proverbios 4:7) C o n f í a e n e l S e ñ o r d e t o d o corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas. (Proverbios 3:5-6) D e s p u é s d e m e d it a r e n e s a s e sc r it u ra s y ora r en el e spí r it u , p r e s e n t é m i c a s o a n t e D i o s . " SEÑOR", comencé , "s é que l a sa n idad es pa r te de mi herencia en Cristo. Sé que cuando Él f ue a la Cr u z , ca rgó con toda s m is enfermedades y dolores. Entonces, el hec ho de que este dolor sig a regresando debe signif icar que me estoy equivocando en alguna parte. ¿Cuál es el problema?" En ese tiempo yo era un adicto al café. Me dejé atrapar cuando me ganaba la vida como piloto y había desa r rol l ado el hábito de toma r entre 16 y 18 tazas al día. Sabía que era malo para mí y había intentado de ja rlo. Pe ro, c u a ndo lo h a c í a , siempre me daba un dolor de cabeza desa g radable por abst inenc ia de cafeína y terminaba bebiendo una taza de café para que se me pasara. Seguí meditando en eso mientras b u s c a b a a l S E Ñ O R p o r m i s articulaciones. Pero no estaba seguro de por qué. Luego, en la noche del segundo día, el SEÑOR comenzó a hablarme. Vas a tener que dejar de tomar café, comenzó. Los granos contienen ciertos ácidos y alquitranes. Has abusado el consumo y ha comenzado a acumularse en tus articulaciones, particularmente en los codos. No me g ustó la respuesta. Pero había pedido sabiduría, así que le r e s p ond í : " E s t á bie n , SEÑOR , enséñame qué hacer." Me dijo que buscara el bolso con toda la pa ra ferna l ia ca fetera que llevaba cuando viajaba y que tomara c o mu n ión . L u e g o m e d ij o q u e apartara el bolso de mí y que dijera: "No te necesito en mi v ida en el Nombre de Jesús." Seguí esas instrucciones y me liberé instantáneamente de la adicción al café. Mis codos se sanaron y desde entonces he estado libre del deseo de tomar café. ¿Te estoy diciendo que debes dejar de tomar café? No; estoy diciendo que, antes de que empieces a tratar de usar la fe para mover una montaña en tu vida, ¡úsala primero para recibir la sabiduría de Dios! Vemos a Je s ú s si g u iendo e ste pro c e s o en M a rc o s 11, a nte s y después de hablar con la higuera en las dos visitas que hizo al templo. En ambas ocasiones, fue testigo de las acciones desagradables que ocurrían a Su alrededor. Vio a los comerciantes decirle a la gente que el cordero que habían traído para el sacrificio tenía a lg ún defecto y que tendrían que comprar otro por un precio superior. También v io a esos comerciantes v e n d e r e s o s m i s m o s "c o r d e r o s manchados" como sacrificios aptos a otras personas. Jesús estaba disgustado al respecto pero, el primer día, no dijo una sola palabra. No tomó ninguna medida. Simplemente miró a su a lrededor p o r q u e a ú n n o h a b í a r e c i b i d o instrucciones del Padre. Sin embargo, al día siguiente, fue una historia completamente diferente. Después de haber vuelto a Betania y pasa r tiempo en oración, sabía exactamente lo que tenía que hacer. Así que hizo otro viaje a Jerusalén, «y al entrar Jesús en el templo comenzó a echar de allí a los que vendían y compraban en su interior. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas, y no per mit ía que nad ie at ravesa ra el templo llevando algún utensilio; más bie n , le s e n s e ñ a b a y le s d e c í a : «¿Acaso no está escrito: "Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones"? ¡Pero ustedes ha n hecho de ella una cueva de ladrones!» (versículos 15-17). J e s ú s s i e m p r e a c t u ó d e e s t a manera. Él no se levantaba de un salto y comenzaba a liberar Su fe de cualquier manera. Esperaba escuchar de Dios. Incluso cuando se enteró de que su amigo Lázaro se estaba muriendo, no corrió de inmediato para socorrerlo. Bu s có l a s a bidu r í a de l S eñor y terminó esperando tres días. Para ese entonces, Lázaro estaba muerto. Pero Jesús, habiendo recibido la sabiduría de Dios, estaba listo para lidiar con la situación. Cuando llegó al lugar donde estaba Lázaro, declaró: «¡Lázaro, ven fuera!» Y el que había muerto salió.» (Juan 11:43-44). ¿ P o d e m o s n o s o t r o s , c o m o c r e y e nt e s , o bt e n e r e s e t ip o d e resultados? Claro que sí. Si usamos nuestra fe como lo hizo Jesús a l decir lo que dice nuestro Padre, Él hará las obras. Así que sigamos el ejemplo de Jesús. Antes de hacer la oración de fe, busquemos a Dios pidiéndole por sabiduría. ¡Es lo principal! LV V C : 7

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